Transcripción del editorial de La Opinión de Zamora del 23 de agosto sobre la celebración del Día de la Provincia de Zamora en Madrid:
LA OPINIÓN – EL CORREO DE ZAMORA. La celebración del Día de la Provincia el próximo 24 de octubre en Madrid tendrá una trascendencia especial para miles de zamoranos, los que se desplazaron a la capital de España en busca de una oportunidad imposible de obtener en su tierra. Por su situación geográfica unas veces, por intereses partidistas en otros, Zamora pertenece a ese grupo de provincias en las que siempre escasearon las inversiones públicas sobre las que apoyar el progreso. Situada al margen de los mapas de los grandes ejes de comunicación, carente de las más elementales infraestructuras que la hicieran atractiva a la inversión privada, el porvenir de 150.000 zamoranos en los últimos 50 años tuvo que labrarse más allá de las fronteras provinciales.
En las décadas del 50 al 70 Zamora exportó su bien más preciado: el capital humano. Hombres y mujeres que han contribuido a generar riqueza en aquellas comunidades que históricamente han resultado favorecidas en el reparto de la inversión pública. El País Vasco, Madrid, Cataluña, fueron los principales destinos de aquellos emigrantes que, con sus escasas posesiones en una maleta de cartón, se aventuraron un día más allá de los límites que imponían las propias fronteras provinciales.
Todas esas regiones más prósperas tienen con provincias como Zamora una deuda histórica cuyo saldo sólo puede liquidarse a través de una mayor solidaridad que la que ofrece el nuevo modelo de financiación autonómica. Ese es el deber del Estado, pero también las instituciones zamoranas están obligadas a rendir tributo a ese conjunto de trabajadores, a un colectivo que con las únicas y esenciales armas del esfuerzo diario y el sacrificio se ha convertido en saga de pioneros cuya bandera común ha sido la reivindicación constante de la provincia que los vio nacer. Una tierra a la que vuelven cada año hasta duplicar el mermado patrón de habitantes durante estos meses de verano, con la que se sienten identificados a pesar de residir a kilómetros de distancia y a la que regresan finalizada su vida laboral. Contribuyen así a la renta provincial, como muchos de ellos hicieron durante su vida de emigrantes enviando ayudas a los parientes que todavía quedaban en los pueblos zamoranos.
Para quienes han sabido llevar lejos el nombre de Zamora, aquellos que han sabido mantener la raigambre con su lugar de origen y que se siguen identificando con él a pesar de haber residido fuera la mayor parte de su vida, la creación de un galardón como el que acaba de instaurar la Diputación Provincial posee un significado especial y distinto que sabrán apreciar incluso aquellos candidatos que hayan obtenido otro tipo de reconocimientos a lo largo de su carrera profesional. Llevar, además, un pedazo de su tierra a Madrid con la celebración del Día de la Provincia en la capital española simboliza ese reconocimiento por parte de las autoridades a quienes, probablemente, tengan todavía un sentimiento de patria mucho más hondo que quienes habitan a diario las calles de cualquier localidad zamorana. Aceptar la propuesta de la Hermandad Zamorana y de la Casa de Zamora en Madrid debe considerarse un acierto pleno que merece el consenso y la colaboración de todas las instituciones y fuerzas sociales, independientemente del signo político que posean.
Los zamoranos de Madrid, esa segunda Zamora, pondrán, como siempre todo su empeño en que la jornada resulte un éxito. El deber de los que tenemos la fortuna de haber encontrado un puesto de trabajo sin salir de la provincia es cooperar y aportar nuestro propio esfuerzo para que ese reconocimiento obtenga la repercusión que merece.
Ver enlace:
http://www.laopiniondezamora.es/opinion/2009/08/23/deuda-zamora-emigrante/379071.html